Docentes competentes y comprometidos.

Los docentes deben tener vocación, paciencia y amor fundamentos que son muy importantes para producir un proceso educativo ameno, eficiente y productivo. Deben sentir plenamente lo que hacen, tienen que estar concientes que su trabajo es educar y formar personas que se convertirán en el recurso humano que una nación necesita. Los profesores deben trabajar para lograr satisfacer las necesidades e intereses de los alumnos que conlleve a producir y fortalecer las habilidades y destrezas de ellos. El docente debe velar porque la persona se forme en una diversidad de temáticas educativas que logren confianza, participación, democracia, respeto y aceptación en los alumnos. No deben ser los mismos modelos para educar. Se debe terminar con los modelos autoritarios que provocan uniformidad, obediencia, silencio y resignación en los alumnos. El gran profesor tiene autonomía, compromiso con su labor, contribuye a proteger y desarrollar valores, como también al desarrollo de la educación en todos los niveles (cognitivo, procedimental y actitudinal). El docente actual debe admitir que lo más importante es el aprendizaje de sus estudiantes, lo que ellos y ellas descubren, lo que hacen, lo que piensan y lo que dicen. Somos modelos para ellos y la coherencia entre el discurso y los actos de uno tienen un efecto positivo en ellos.

Como docentes experimentaremos muchos obstáculos en el camino, que interviene en el desempeño docente como el estado de la infraestructura escolar, la disponibilidad de recursos didácticos, el clima institucional y el nivel socio económico de las familias de las niñas y los niños, pero el sacrificio y la perseverancia al trabajo docente fortalecerán el proceso educativo, además como docentes estamos obligados a enseñar de una manera precisa e integral. La profesión de docente no es vocación para cualquier persona ya que de nosotros dependerá, en gran parte, formar individuos útiles a la sociedad. Debemos ser guías y ejemplo en el proceso de la enseñanza de los alumnos y poner nuestro sello en cada uno de los estudiantes porque el verdadero profesor se le lleva en el corazón a través de los años y se le recuerda con orgullo.